Salir de la zona de confort


 

Pasamos la mayor de nuestras vidas trabajando y preparándonos para nuestro desarrollo personal, profesional y familiar. Tenemos en mente qué queremos lograr y en qué términos, lo cual nos motiva a continuar esforzándonos, resolviendo retos y afrontando la incomodidad. Precisamente cuando sentimos que los problemas son demasiados o que no tenemos las capacidades para resolverlos es cuando optamos por evitar esa incomodidad y quedarnos en nuestra zona de confort. 

¿Cuál sería nuestra situación actual si hubiéramos tomado las oportunidades que se nos han presentado en la vida y que dejamos pasar por quedarnos en nuestra zona de confort?

 Es difícil saberlo, pudimos haber tenido éxito o bien un fracaso, pero sin arriesgar nunca lo sabremos; el miedo a fallar es uno de los mejores amigos de la zona de confort.

La zona de confort se relaciona con la sensación de que a pesar de tener satisfechas gran parte de las necesidades como un hogar, un empleo, salud, amigos, etc., hay cierta insatisfacción con la rutina y el modo de vida, como si algo faltara….

 Es común encontrar personas que refieren que han hecho todo lo que se esperaba de ellos, y eso les da cierta aceptación en su círculo social y familiar, sin embargo, hay proyectos o sueños personales que desean cumplir y que los han tenido que sacrificar en favor de la comodidad del estilo de vida que tienen.

 Ante el estancamiento en nuestro desarrollo se vuelve imperativo explorar nuevas alternativas que nos ayuden a crear recursos para afrontar y resolver los retos, manejar el miedo al fracaso y emprender en mejorar nuestra calidad de vida, pero ¿Cómo lo hacemos?

Lo primero es identificar y reconocer que estamos en nuestra zona de confort, identificar en qué estás estancado, hacia dónde te gustaría que mejoraran las cosas y de qué recursos dispones y de cuáles no para lograr tu objetivo. Además, es importante conocer cuáles son los temores que te han impedido tu desarrollo. Pueden presentarse como expectativas bajas de que tendrás éxito, miedo a enfrentarte a algo desconocido, miedo a ser juzgado si fracasas o inseguridad ante tus capacidades para realizarlo. Lo siguiente es trazar un plan y visualizar cómo te sentirás cuando cumplas tú meta, pero seamos realistas, también tienes que pensar en cómo manejarás la frustración y el cansancio de todo el proceso que conlleva echar a andar tu plan. Finalmente, fija una fecha y las condiciones para ejecutarlo.

¡Llámanos, YA NO estás solo! Línea de atención 24 hrs. Maayán Hajaim 55 5292-5131

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