El alcoholismo, una enfermedad silenciosa.
El alcohol, ha estado presente en la dieta del ser humano desde hace mucho tiempo y no es de extrañarse que actualmente sea un elemento muy común en nuestra alimentación, sobre todo con fines recreativos o en eventos sociales festivos.
No obstante, hay casos en los que esta sustancia sea cual sea su presentación, provoca en quien la consume un patrón de consumo compulsivo y descontrolado, que le lleva a quien la padece a presentar un fuerte desajuste con su ambiente y con quienes le rodean; esto ha sido formalmente conocido como “alcoholismo”.
De acuerdo con la Secretaría de Salud Mexicana, el alcoholismo no es un vicio sino una enfermedad que afecta a cualquier persona sin considerar sexo, edad o clase social, deteriorando a las personas tanto en lo psicológico y lo social.
Los indicadores a los cuales hay que poner cuidado son:
1.- El consumo de alcohol con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado de lo previsto.
2.- El deseo persistente o fracasado de abandonar el consumo de alcohol.
Otras señales de las que debemos poner cuidado, es cuando notamos que la persona invierte mucho tiempo en actividades necesarias para conseguir alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos, además del deseo intenso por consumir alcohol.
Además, es común encontrar que el individuo descuida sus deberes debido a la bebida, por ejemplo: deja de ir al trabajo, cumplir con sus deberes de la escuela o del hogar.
Puede ser o no ser consciente de las afectaciones en diferentes áreas de su vida, las cuales son producto del consumo de alcohol y sin embargo continuar bebiendo.
Dado que el beber es una conducta socialmente aceptada en ciertos contextos por ejemplo: fiestas y reuniones y que además es fácil de conseguir en cualquier tienda, lo cual resulta complicado identificar cuándo se ha rebasado lo "normal" y se está cayendo en el abuso de la sustancia.
Lo más importante es, poner cuidado en cómo se han afectado las relaciones a partir del hábito de beber y qué tanto nos hemos descuido por el mismo motivo.
Las adicciones son persistentes y las recaídas constituyen parte del proceso de recuperación, así que si notamos que la bebida nos trae afectaciones importantes a nuestra vida y nos es difícil controlar el consumo, es hora de buscar ayuda profesional.
¡Llámanos, YA NO estás solo! 55 5292 5131. Línea 24 horas de apoyo emocional e intervención en crisis.
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