Estrés y Trauma

                                 

Desafortunadamente, el COVID-19 esta transformando todos los semblantes de nuestras vidas.

Es una realidad, que todos nosotros tenemos que enfrentarnos a esta nueva realidad, tanto en lo negativo como en lo poco positivo que ello nos trajo.

El impacto negativo que, a pesar de la resiliencia, con las constantes pérdidas y el estrés asociado al temor, ha ayudado a que nuestra salud mental se vea alterada.

El trastorno por estrés postraumático es un padecimiento mental crónico y se espera que un 6% de la población lo sufra.

La sintomatología del TEP (trastorno por estrés postraumático) inician al poco tiempo de exposición al trauma y persisten hasta la recuperación total.  Dentro de la sintomatología se dan alteraciones en la cognición y en el estado de ánimo y es más frecuente que se presente en mujeres.

Ante ello, es muy importante que aquellos que han estado expuestos como médicos, enfermeros/as, camilleros y más sean apoyados por un equipo de profesionales para la intervención psicológica.

Es importante que conozcamos el poder definir adecuadamente estos conceptos:

Estrés agudo:

 Lo padecen aquellas personas que han experimentado eventos traumáticos y que desarrollan en las primeras semanas, síntomas semejantes al estrés que vivieron, pero con una duración de al menos un mes.

Estrés Crónico:

Las personas, estamos equipadas para responder biológicamente a eventos estresantes agudos, más pasado un tiempo se recupera la normalidad el equilibrio.  Cuando el estrés, se vive constantemente se produce una desregulación psicobiológica que puede llevar a problemas de salud tanto físicos como psicológicos.  El estrés crónico produce desgaste y desajuste biológicos.

Si este es tu caso, ¡Llámanos! Estamos para apoyarte


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