Cómo entrenar nuestra flexibilidad psicológica
Ser flexible para ser feliz. Este debería ser sin duda uno
de nuestros lemas cotidianos. Sin embargo, cuando llevamos prácticamente media
vida inmersos en esa locomotora mental imparable como es la preocupación, la
ansiedad, las inseguridades o esos férreos esquemas heredados que tanto nos
condicionan, es muy difícil bajarnos, así como así en la siguiente estación
para cambiar de hábitos, de enfoques, de vida…
Desearíamos tomar las cosas de otro modo, relativizar, entrenar nuestra flexibilidad para ser más resistentes ante los cambios y la adversidad, pero ¿cómo hacerlo? Bien, como suele decirse, no siempre es bueno centrarnos únicamente en los resultados, en aquello que queremos ser o conseguir. Objetivos más cercanos permitirán que nos recompensamos con mayor frecuencia, mientras ponemos en marcha diferentes estrategias.
Apertura
Dejemos de pensar en términos absolutos. En que lo contrario de blanco es negro, en qué en la vida, o estás conmigo o estás contra mí. Desterremos esos esquemas en los que solo hay dos cajones: en el que está lo bueno, en el que está lo malo.
Atrevámonos a descubrir el mundo de matices que se abre entre los dos polos. Poco a poco nos daremos cuenta de que estábamos equivocados en muchas cosas, de que la realidad está llena de detalles, riquezas, enfoques, aprendizajes, puntos de vista…
El momento presente
A nuestra mente le encanta divagar, adora escaparse al ayer, a lo que un día fue, pudo ser o no fue. También tiene la mala costumbre de viajar al futuro sin máquina del tiempo para anticipar mil catástrofes, mil desastres y desdichas.
Pongámosle frenoy aprendamos a atraerla con el momento presente, con ese aquí y ahora donde pasa lo que de verdad importa.
Conéctate a lo que importa
Ser flexible implica a su vez no perder de vista nuestras raíces. Significa estar conectados a nuestros valores y a lo que de verdad importa. De esta manera será más complicado que la corriente de juicios y opiniones ajenas, que a todos nos rodea, nos arrastre.
Para concluir, pocas competencias y habilidades nos pueden ser más beneficiosas que la flexibilidad psicológica. Es un modo de resistir mucho mejor a esos movimientos inesperados (pero recurrentes) que suelen surgir a lo largo de nuestro ciclo vital. Profundizar en ello y adquirir adecuadas herramientas sobre este tema nos puede ayudar a disfrutar de una mejor calidad de vida.
Si requieres apoyo, comunícate a MaayánHajaim al 5552925131
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