La reincidencia como parte del proceso de cambio.


 
 Parte de los cuidados que hacemos de nosotros mismos se basan en la adquisición de hábitos saludables o bien en dejar hábitos dañinos.

 En este sentido el cambio en nuestra conducta es parte fundamental para alcanzar nuestros objetivos más ¿Por qué es tan fácil desistir de nuestros esfuerzos para cambiar?

 En este artículo revisaremos brevemente las etapas del cambio conductual haciendo énfasis en una de las situaciones más difíciles de manejar: la recaída o la reincidencia.

A principios de los años 80, dos psicólogos describieron las etapas por las que debe atravesar una persona para lograr un cambio conductual en sus hábitos, sus rutinas y que sea duradero.

En la primera etapa o de precontemplación: los pacientes sabían que tenían hábitos poco saludables como por ejemplo el fumar, más no eran totalmente conscientes de que representaban un problema real.

 En la etapa de contemplación reconocían el problema, se hacían más receptivos al cambio, pero además se sentían ambivalentes: es decir querían comenzar el cambio, pero tenían dudas acerca de si podrían hacerlo y de si funcionaría. A continuación viene la etapa de acción en la que ponían manos a la obra.

 La etapa de mantenimiento en la cual sostenían los cambios en su conducta y los logros comenzaban a ser evidentes. Es en esta etapa donde surge el temor a recaer en aquél hábito y cuando de hecho llegaba a suceder los pacientes se desmotivaban y pensaban que no eran capaces, que su esfuerzo no valía y entonces desistían.

 La experiencia de estos psicólogos demostró que la recaída o reincidencia es más la regla que la excepción: sus pacientes fallaban entre 4 y 6 veces antes de poder sostener cambios duraderos en su conducta.

En caso de fallar, la tarea del individuo es poder afrontar el desconsuelo y la desmoralización, no quedarse inmóvil, continuar con su objetivo en mente e iniciar un nuevo ciclo de contemplación del problema, ahora más consciente de las situaciones a las que es débil y probablemente más fuerte para sobrellevarlas y superarlas. Es importante no perder de vista que en ese momento la mente se centrará en los errores e ignorará los logros de varios meses;  que esa situación es una oportunidad de aprendizaje sobre la persona ante los retos.

 Este tipo de procesos por su complejidad suelen ser llevados en compañía de un terapeuta, así que si te sientes identificado, no te preocupes es normal tener tropiezos a los largo del camino, la situación puede mejorar mucho si tienes ayuda profesional.

Las personas que acuden a terapia tienen mayor probabilidad de tener éxito en el cambio conductual. Un terapeuta puede, entre otras cosas, ayudar a identificar las situaciones en las cuales es fácil volver a los hábitos dañinos y diseñar estrategias para poder afrontar adecuadamente dichos escenarios, además puede ayudar a reestructurar ideas en el paciente que le ayuden a tener una visión más objetiva del reto que supone la situación y los costos y beneficios de actuar ante ella. Finalmente puede también brindar herramientas para la correcta gestión de nuestras emociones y que no sean un obstáculo del cambio conductual, sino un instrumento que ayude a tomar decisiones centradas en la persona.

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