La flexibilidad, una de las claves para ser feliz.



Si aprendes a ser flexible, podrás elegir la postura que responda mejor a tus intereses. Porque el auténtico poder humano se nutre de la flexibilidad mental y no de esos enfoques que, al darse por terminados, han perdido toda sensibilidad frente a lo que ocurre. Al fin y al cabo, la felicidad es movimiento y responde siempre a esa mente que sabe dirigirse a sí misma, que acepta sus emociones, que conecta, que cuida su enfoque y tiene claros sus objetivos.

Cuando hablamos de flexibilidad mental es muy común visualizar al instante un bosque de bambú; el mismo que en medio de una tormenta o un ciclón, se doblega ante cada golpe de viento y agua para volver después a su misma posición. La metáfora como tal no deja de ser bastante ilustrativa, sin embargo, la auténtica magia del bambú no está en su propiedad flexible: está en su resistencia.

Así nuestra salud no solo depende de lo que hacemos, sino también de lo que pensamos, además de otros factores, como la genética, en los que no profundizaremos. Así, algo que en ocasiones no percibimos lo débil que es nuestro equilibrio emocional y psicológico. En este sentido, nuestra mente puede no ser el lugar más plácido donde vivir. En ella pueden morar demasiados miedos, obsesiones, penas, diálogos negativos…

Buena parte de nuestras posibilidades de bienestar reside en la salud de nuestros procesos mentales. Siguiendo esta línea, podemos decir que solo si somos capaces de aprender a ser más flexibles daremos forma a un enfoque más resistente frente a cualquier desafío o adversidad.

Ser flexible para experimentar menos emociones negativas

Quien camina por su día a día con un enfoque mental rígido e inflexible se detendrá inexorablemente ante cualquier obstáculo, bajo amenaza de ser destruido. De esta manera, una mente que no sabe adaptarse, relativizar o controlar sus pensamientos automáticos, no es higiénica ni aún menos feliz.

Son muchos los estudios científicos que avalan una realidad: las personas psicológicamente flexibles están en disposición de disfrutar de una mejor calidad de vida. Este enfoque les permitirá gestionar mucho mejor sus emociones, responder de modo más creativo ante las dificultades y disfrutar a su vez de relaciones sociales mucho más positivas y enriquecedoras.

Ser flexible también nos hace más efectivos. Esta capacidad pone a nuestro alcance recursos para adaptarnos y reaccionar ante hechos inesperados o novedosos.

Por último, es importante mencionar que, si entrenamos la atención y aprendemos a ser flexibles, lograremos iluminar elementos que se encuentren a mayor profundidad. Solo así lograremos hacernos responsables de nuestro sufrimiento.

Si requieres apoyo, no dudes en comunicarte a Maayán Hajaim al 5552925131.

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