La Terapia Ocupacional dentro del tratamiento del paciente geriátrico.
El envejecimiento, como etapa
normal del desarrollo, está caracterizado por cambios físicos, psicológicos y
sociales, que no siempre son bien distinguibles de los procesos patológicos de
la senilidad. Hacer de manera adecuada esta diferencia es de gran importancia
desde el punto de vista clínico y social, ya que desestimar un deterioro
patológico puede evitar un tratamiento oportuno y buen pronóstico de
recuperación.
Esta etapa del desarrollo
presenta dificultades específicas, por ejemplo, baja tasa de empleabilidad
formal, pérdida de actividad social y capacidad de socialización, resultando a
menudo en la exclusión y el abandono. En este sentido, la Terapia Ocupacional
(TO) ha demostrado ser una buena herramienta coadyuvante en la rehabilitación
del paciente geriátrico. La Organización Mundial de la Salud define la TO como
“el conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades
aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, favorece la
restauración de la función, suple los déficits invalidantes y valora los
supuestos comportamientos mentales y su significación profunda para conseguir
la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos sus
aspectos: laboral, mental, físico y social”
La TO brinda la facilidad al
adulto mayor a adaptarse al medio que lo rodea, ya que podrá darse cuenta de
los logros que han tenido en el transcurso del tratamiento por medio de las
actividades que le permiten desarrollar habilidades de autonomía en las
distintas actividades de la vida diaria, necesarias para mejorar su calidad de
vida y mantener la máxima independencia. Se sabe que la TO mejora la
socialización e integración de su entorno, ayudando a restablecer la percepción
y cognición y brinda en el mediano plazo mayor autonomía; promueve en la
persona habilidades y hábitos de autocuidado.
Finalmente, la TO evita la
progresión hacia un mayor grado de incapacidad y aislamiento social, ajuste
social y personal, echando mano de las capacidades cognitivas y sociales que se
conservan intactas en el paciente.
Si tú o algún conocido
necesita acompañamiento en esta etapa de vida, ¡Llámanos, nosotros podemos
ayudarte!
Fuente: Carreño-Acebo, 2016,
Revista Ciencias de la Salud, 2(4). Milán, 2006, Principios de geriatría y
gerontología: McGraw-Hill.
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