Hablemos del perdón.
Paz para
vivir, piedad para olvidar
Y perdón para recordarlo todo sin dañar ni dañarnos
y alcanzar, con más letras que armas,
el noble y nada fácil oficio de ir tirando
con libertad y justicia
Y perdón para recordarlo todo sin dañar ni dañarnos
y alcanzar, con más letras que armas,
el noble y nada fácil oficio de ir tirando
con libertad y justicia
Manuel Azaña
A través de la vida, uno se encuentra con personas muy resentidas con
su vivir, situación dada por las agresiones, físicas o psíquicas, que dichas
personas vivieron o viven.
En muchos casos, dichas personas buscan no una ayuda psicoterapéutica
para lo vivido, sino encontrar al o los responsables de dicho daño para así
recobrar su paz emocional o dicho en otras palabras: yo fui víctima, por lo
tanto tengo la obligación de que se me restituya mi paz emocional: “soy una víctima”.
¿Cómo se logra el perdón? El concepto de perdón en los últimos años, ha
adquirido una mayor importancia dentro de lo social, político y más. Tiene un origen religioso, más hoy se le
considera como parte de la naturaleza humana, tal como la alegría, la
sabiduría, el amor.
La palabra perdón, etimológicamente proviene del hebreo “rechem”, que significa útero o la posibilidad de una nueva vida; es la
posibilidad de iniciar un nuevo camino de vida a pesar de injusticias, agravios
del pasado.
En sí, el proceso del perdón desde la psicología, integra un proceso
dual tanto interpersonal como intrapsíquico, pues para otorgarlo requiere de
una profunda elaboración interna de la persona.
A su vez es una construcción psicosocial que abarca sentimientos,
afectos condicionados por la agresión sufrida.
Se le debe de diferencias de conceptos tales
como: indultar, disculpar, excusar, olvidar, negar, comprender, reconciliar,
puesto que perdonar no es aceptar o tolerar lo injusto, o el daño sufrido, o
hacerse el bueno y actuar como si no hubiese pasado nada, perdonar en si desde
la visión de muchos estudiosos es la renuncia a un derecho sobre el victimario,
es olvidar la deuda contraída por el agresor, es cancelar la obligación del
agresor con su víctima, es disolver el vínculo entre agresor-víctima..., es desanudar
la liga con el pasado y no sentir rencor, odio o resentimiento por lo vivido.
Perdonar, es poseer el control sobre el daño sufrido y sus
consecuencias, liberando el presente y el futuro de la carga de una posible
venganza.
¿Lo podrás lograr?
¡Llámanos, nosotros podemos ayudarte! Línea de apoyo gratuita las 24 horas.5292-5131
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