Agresividad y Violencia




La agresividad es una reacción fisiológica normal en todos los seres vivos. Más, en la actualidad se tiene la percepción de que se vive dentro de una sociedad cada día más violenta. En su momento, la agresividad fue para el ser humano la base para la supervivencia.

  Conducta normal de supervivencia, que a través de la historia se ha modificado y ampliado. Hoy vemos que esa agresividad utilizada para la supervivencia hoy, desafortunadamente sirve para someter o para la destrucción masiva de otros.
Esta  agresividad fisiológica, la cual se caracteriza en comportamientos con mínimo efecto negativo para el desarrollo psicológico de niños y adolescentes.

 Aparece en la conducta de niños entre los dos y tres años y posteriormente durante la adolescencia; es una conducta temporal, la cual con la intervención de padres o cuidadores disminuye durante el desarrollo del individuo.
 Más se observa que de esta agresividad fisiológica pasajera, puede llegar a transformarse en violencia y ésta convertirse en conductas antisociales, patológicas, hostiles y alienadoras.  Conductas patológicas, que son contrarias a las normas y valores sociales tanto de la familia, la escuela o la sociedad.

Conductas violentas que llevan al maltrato animal, agresiones hacia otras personas o a su muerte. Violencia que persigue causar daño físico o mental a otras personas, tales como  empujar, agarrar, abofetear, patear, golpear con el puño o con un objeto, amenazar con un arma cortante o de fuego, herir a otro y más.

Manifestaciones de agresividad en niños y adolescentes:

Agresividad adaptativa:
Hace su aparición en escenarios esperados, es una función de supervivencia y se observa  en el mundo animal.

Agresividad maladaptativa:
Es aquella que no es regulable y a su vez es desinhibida. Conducta que, en la mayoría de los casos  no corresponde al estímulo causante. Quiénes la muestran son personas con una posible disfunción en los mecanismos internos de regulación psicológica.

Agresividad social:
Hace su aparición en ambientes poco favorecidos en los cuales se lucha para conseguir recursos.  Los investigadores la consideran como una hiper-adaptación a un medio hostil y por los cual requiere de intervenciones sociales, educacionales, económicas y más. Está asociada a la agresividad maladaptativa, trastorno disocial o de conducta. 
Se presenta como un patrón de conducta repetitivo, con rechazo a las normas, ausencia de remordimiento, destrucción de la propiedad, las cuales son manifestaciones del fallo interno de la persona.

Niños de 3 a 7 años:
Aparece una actitud de desafío frente a los adultos, en desobediencia a determinadas instrucciones, corajes, mal humor, rabietas, agresiones físicas hacia otros (en especial con sus pares), destrucción de lo ajeno, discusiones, los demás son culpables de sus propios actos, tienden a ser provocadores.

Niños de 8 a 11 años:
Además de las conductas anteriores muestran conductas como: insultos, mentiras, robo de pertenencias de sus compañeros, no aceptan normas.
 Con frecuencia participan en peleas físicas, intimidación a otros niños, crueldad con los animales y hay casos de provocación de incendios.

Adolescentes (12 a 17 años):
Durante esta etapa hacen su aparición un mayor número de comportamientos antisociales tales como: crueldad y daño a otras personas, asaltos, robos con violencia, vandalismo, destrozos e irrupciones a casa ajenas, robo de vehículos sin permiso, huidas de casa, bajo nivel escolar y con frecuencia uso de drogas.

Es importante el poder comprender que:
NO TODO COMPORTAMIENTO AGRESIVO ES ANTISOCIAL O CRIMINAL Y
NO TODO COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL ES VIOLENTO.

Lo importante como padres, es deducir y comprender  que la violencia siempre es un comportamiento antisocial, por lo tanto es de suma importancia que el ambiente en que los hijos se crían debe de ser con reglas claras para ofrecer un ambiente seguro y estructurado y por lo tanto sano.

Ante dudas y temores estamos para ayudarte… Llámanos.
Fuente: Josep Cornellà i Canals, Àlex Llusent i Guillamet Programa “Salud i Escola”. Departament de Salut. Generalitat de Catalunya. Girona.


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