Los pensamientos negativos te hacen sufrir
El
sufrimiento viene de tus pensamientos
¿Tú
sabias que el 60% del sufrimiento que vive cada persona se debe a la presencia
de pensamiento intrusivo?, la razón es
porque este tipo de pensamientos son desagradables y dependen de la manera en cómo
los interpretas o cuánta importancia les concedes.
Los pensamientos intrusivos suelen ser repetitivos y
perturbadores, permanecen en tu mente durante largos períodos a pesar de los
intentos de luchar o huir de ellos. Son ideas
que nadie quiere tener, pues uno es consciente de su inutilidad o
disfuncionalidad; sin embargo, acaban viniendo una y otra vez, perturbando
nuestra calma y dificultando la tarea de concentrarse.
La
presencia de estas ideas incómodas viene en el formato conocido como catastrofismo,
el cual al llegar a la mente se aferra a los peores escenarios, se imagina y cree en los más
dramáticos desenlaces a sus problemas y dudas, fantaseando muchas veces con
escenarios trágicos de sucesos que casi nunca suceden ni a ellos, ni a la
mayoría de las personas, por ejemplo, “si cometes un error en el trabajo, te
despedirán y ya nunca más encontraras trabajo”, o bien “si hoy no le das las vitaminas a tu hijo
seguramente se enfermará”.
El
problema está en mantener este estado prolongadamente de manera que te hagas
daño a ti mismo; por lo mismo, aprender a gestionar pensamientos reales y sanos
es crucial, así lo muestra Paola Graciano en el siguiente relato “El vaso de Agua”:
…En
una sesión de terapia: La psicóloga tomó entonces un vaso de vidrio y lo llenó
con agua hasta la mitad.
—Quiero que observe bien este
vaso —le dijo—, ¿usted cuánto cree que pesa?
Su paciente lo pensó por un minuto.
—Pues, yo diría que unos 200 gramos.
—Eso es lo que le parece a usted, pero
la verdad es que el peso es subjetivo —dijo ella—. Ahora que lo sostengo,
a mí me parece que no pesa nada, pero si me quedara sujetándolo en esta
posición diez minutos más, empezaría a dolerme el brazo y si lo sostuviera
durante media, sin duda me daría un calambre y me dolería mucho.
—¿A dónde quiere llegar con todo esto?
La mujer volvió a dejar el vaso en su
lugar.
—Esto es mi manera de demostrarle que
todos los problemas, todos esos complejos que dice tener, son iguales a este
vaso de agua: mientras más cargamos con ellos, cediéndoles toda nuestra
atención y sintiéndonos como las víctimas, más pesados se vuelven y parece que no
tenemos escapatoria; pero lo cierto, es que sí la hay, deje de cargar sus
problemas y deles permiso para irse, usted no tiene que sufrir para ser feliz.
Su paciente se quedó muy sorprendido
al escuchar todo eso.
—Pero, yo no puedo simplemente ignorar
las cosas malas que hay en mi vida.
—Claro que sí, porque no valen la
pena. En lugar de brindarle su atención a esas situaciones que no le gustan,
enfóquese en sus virtudes ¿Lo hará?
—Le prometo que lo intentaré.
Por
eso en Maayán Hajaim encontrarás ayuda profesional que te asesorará
para que estos pensamientos no te hagan sufrir y poder otorgarte la posibilidad
de nuevamente disfrutar la vida.
BIBLIOGRAFÍA
Erika, C. G. (2018). El vaso
de agua. Disponible en: https://relatoscortos.org/el-vaso-de-agua/
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