¿Qué hacer cuando un familiar fallece?






Tarde o temprano todos los seres humanos nos enfrentamos, nos guste o no, a la pérdida de una ser querido.  Ante esta realidad, es normal que la persona desarrolle y viva sentimientos de tristeza, de desconcierto ante  situación. Cuando la pérdida es de alguien al que se le quiere, hacen su aparición sensaciones de dolor, de cambio y de temor a una realidad con ausencia. 

El dolor de la pérdida, varía en intensidad y manera de manifestarse de una persona a otra.  Es un camino individual e inevitable para poder llegar a la aceptación, proceso que se le conoce como duelo.  La palabra duelo (de latín dolus), significa dolor.  Es un proceso de intensidad  y duración variable, normal por el que se pasa ante una pérdida.

El duelo en sí, es adaptativo dado que permite y facilita la adaptación ante la pérdida.  Ayuda a que la o las personas lleguen a asimilar la pérdida y a aprender a vivir sin  la persona que se ha ido.

Al ser un proceso normal, no requiere de intervención psicoterapéutica, dado que en la gran mayoría de las personas muestran recursos internos que les ayudan a enfrentar estos momentos de dolor y tristeza, proceso que dura más o menos entre uno y dos años.

Las fases del duelo:

El conocer las etapas por las cuales se va a transitar, permite al doliente entender su dolor y adoptar las medidas adecuadas para proceder a vivir un duelo no patológico.

1.- Shock:

Durante esta fase, es posible que se presenten sentimientos de negación, enojo, y  no aceptación de la pérdida,  en ocasiones la persona se siente aturdida y confusa.

2.-Anhelo y búsqueda:

La persona percibe y vive la nostalgia y busca de manera no consciente a la persona que ha fallecido.  Es probable que se presente inquietud física y pensamientos constantes  acerca del fallecido.

3.- Fase de desorganización y desesperanza:

Es una etapa en la que se manifiestan síntomas depresivos: apatía, indiferencia, insomnio, pérdida de peso, y la constante sensación de que la vida ha perdido sentido.  Junto a estos síntomas persisten recuerdos constantes del desaparecido.

4.- Fase de reorganización:

Se inicia a remitir aspectos dolorosos  del duelo y a retomar el proceso de vivir, recuerdos y nuevas emociones de combinan entre alegrías y tristezas.

Elaborar el duelo de la pérdida de un ser querido es doloroso y productor de cambios y nuevas experiencias para el o los dolientes, más es parte normal del vivir y como tal se le debe de tomar.

Así es cómo, se vive un duelo, éste como lo señalé con anterioridad es inevitable y se debe de vivir, más si el dolor persiste y el proceso se ha detenido, la persona debe de acudir a un apoyo psicoterapéutico con la finalidad de lograr un proceso de duelo sano.

Comentarios

Entradas populares