La inteligencia intuitiva.
¿Cómo
pensamos sin pensar?
En ocasiones tomamos decisiones acertadas con muy pocos
datos y de forma casi instantánea… un curioso fenómeno al que llamamos
intuición. Sin embargo, no es algo aislado, sino que forma parte de nuestra
propia inteligencia. El mecanismo de la intuición es un mecanismo poco
valorado, atribuido muchas veces a la suerte y eso hace que no lo aprovechemos
lo suficiente a la hora de tomar decisiones.
¿Existe la inteligencia intuitiva?
Ante la avalancha de información que recibimos, resulta
complicado tomar decisiones para el cerebro. Además, el cerebro está programado
para tomar decisiones rápidas más que para la meditación. Sin embargo, en
ocasiones lo conseguimos. Para ello está la inteligencia intuitiva.
Todos podemos recordar a personas como un vendedor capaz de
leer en sus clientes qué necesitan o a un técnico que encuentra el problema de
una sola mirada… son pruebas de que existe la inteligencia intuitiva.
La inteligencia intuitiva es un mecanismo que utilizamos
diariamente muchas veces para automatizar decisiones del día a día y es una
habilidad que ha sido clave para la supervivencia de la especie humana. Todos
tenemos inteligencia intuitiva, aunque existen frenos a la misma:
Los prejuicios.
El exceso de información.
La rigidez en el proceso de decisiones.
El estrés.
Las decisiones intuitivas pueden ser tan acertadas como las
analíticas, se toman con un número limitado de datos, pero la memoria y la
experiencia pueden darnos la respuesta adecuada.
Memoria, inteligencia e intuición
Nada es casual. La intuición no surge de la nada. Por ello,
no podemos descartar que es positivo utilizar la intuición más a menudo.
En «Inteligencia intuitiva», Malcom Gladwell,
periodista científico de The New Yorker, es un autor que a través de la mezcla
de los últimos descubrimientos en neurociencia y en psicología, explica que
nuestro cerebro funciona muchas veces de forma distinta a lo que creemos. No se
detiene a pensar cada acción que hacemos, sino que tiene una especie de
mecanismo inconsciente para actuar sin consultarnos.
Repetimos, día tras día, la gran mayoría de nuestros
pensamientos y también de nuestros actos. En resumen, vivimos en una especie de
“día de la marmota”, sin ni siquiera ser conscientes de ello. Ello es así
porque desarrollamos hábitos, acciones repetitivas que quedan muy arraigadas en
nuestro cerebro
“Los hábitos tienen un poder extraordinario y hacen que el
cerebro actúe en modo automático y excluya todo lo demás, incluido el sentido
común. Somos lo que hacemos repetidamente, la excelencia no es un acto, sino un
hábito.” –Aristóteles
La inteligencia intuitiva tiene sus motivos –que surgen de
una base sólida y motivada. Sin embargo, solemos desconfiar de ella, porque la
intuición no explica el camino, sencillamente lo señala.
Es curioso constatar el origen de la intuición. Algo que
surge de forma rápida y espontánea, resulta que tiene su origen en la memoria y
la inteligencia. Y es que, simplemente “el cerebro sabe cosas que no sabemos… y
hace cosas sin consultarnos”.
Sencillamente, ya ves que tiene poderosos motivos esa voz
interior cuando te recuerda…«Te lo dije. Atentamente, la intuición».
Habrá que escucharla un poco más a menudo…
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