¡Los problemas nos superan!¿Qué hacer?






En nuestras vidas se presentan desafíos, llamados comúnmente como PROBLEMAS. Estos eventos generan reacciones de estrés, desestabilidad emocional y nos hacen salir de nuestra zona de confort, lo cual es completamente normal. Sin embargo, como insinúa Henry Ford “la mayoría de las personas gastan más tiempo en hablar de los problemas, que en solucionarlos.” No solo basta hablar de la dificultad… ¡HAY QUE TOMAR ACCIONES!



Es entendible que, solucionar problemas pueda ser difícil, pero ¡NO IMPOSIBLE! Para ello aquí te dejo algunos tips:



1.     Mantén la calma.

2.     Procura entender la causa del problema.

3.     Piensa en soluciones anteriores para buscar respuestas a los nuevos.

4.     Ten confianza en tus capacidades; Dyer Wayne decía: “Si crees que funcionará, verás oportunidades. Si crees que no lo harás, verás obstáculos”

5.     Reducir lo complicado a lo simple, si la problemática es muy grande divídela en pequeñas metas.

6.     Platica con personas de tu confianza. Contar con el apoyo de alguien siempre es gratificante.

7.     Cuando se acabaron tus opciones de solución busca ayuda de un profesional de la salud mental; ellos te pueden orientar.

8.     Buscar el éxito implica tiempo, dedicación y mucho trabajo, para tenerlo más claro aquí les dejo la siguiente historia de Pablo Sacristán: ¡Que alguien mueva esa sandía!



En la Gran Tina del Bosque vivían cientos de pequeños insectos y bichitos. Era una simple tina abandonada, pero resultaba un lugar perfecto para vivir, donde solo había que tener cuidado con el desagüe de la tina para que no quedara obstruido y una lluvia inoportuna los hiciera morir ahogados. Por eso los musculosos escarabajos eran los encargados de vigilar el desagüe.

Pero una mañana, el desagüe amaneció obstruido por una enorme sandía ¡Qué tragedia! Era una fruta tan grande que ni el escarabajo más grande, ni siquiera todos los escarabajos juntos, pudieron apartarla de allí.

Los insectos más fuertes pusieron toda su energía en la tarea, pero no consiguieron nada. Los más listos aplicaron su inteligencia a encontrar soluciones, y tampoco tuvieron éxito. Finalmente, los más sabios comenzaron a organizar la huida.

Y en medio de tantas penas, una ridícula hormiga extranjera se atrevió a decir que si le dejaban llevarse la sandía.

¡Qué graciosilla!

Pero resultó que la hormiga no estaba bromeando, porque al final del día apareció acompañada por miles y miles de compañeras. Y en perfecto orden, cada una se acercó a la sandía, mordió su trocito, y se lo llevó por donde había venido.

- ¡Pero si así no avanzarán nada! - le dijo un saltamontes a la hormiga que paró un segundo a descansar -. La sandía está igual ahora que antes de que tomaras tu trocito.

- ¿Segurrrro? Humm...- respondió con un extraño acento, como si nunca lo hubiera pensado. Y, sin darle más importancia, retomó su marcha.



Pero algo debió hacer aquel trocito, porque solo unos días después no quedaba ni rastro de la gran sandía. Y desde entonces, muchas de las tareas más pesadas en la Gran Tina se convirtieron en pequeñas, diminutas tareas, que se hacían mejor poquito a poco.



Referencias

1.   DynerWainer (2010). Tus Zonas erróneas. New York. Ed. RandomHouse

2.   Pablo Sacristán, P. (2018). ¡Que alguien mueva esa Sandia! Disponible en: https://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/que-alguien-mueva-esa-sandia

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