Aprende a ver lo positivo y déjate de quejar.
Cómo puedes ver lo positivo para dejar de quejarte.
¡Cuántas veces hemos escuchado a ciertas
personas quejarse una y otra vez, con motivo o sin él,
de lo difícil que es su vida, de lo duro y complicado que es salir a luchar
cada día y de la mala suerte que han tenido!
La queja es, sin lugar a dudas, la madre de
los problemas emocionales que actualmente tenemos.
Seguramente, si dejásemos de quejarnos tanto por aquello que no funciona como
nos gustaría y nos fijásemos más en todo lo que tenemos para disfrutar
y ser felices, no estaríamos tan amargados. Vivimos en la era en la
que más cosas y facilidades tenemos pero en la que la gente es más infeliz.
Nos hemos
acostumbrado a necesitar cada vez más y a hacer un drama cuando esa necesidad
inventada no se ve cumplida. Y, en consecuencia nos quejamos una vez y otra vez
sin llegar a ninguna salida, pues quejarse no
sirve para nada más que para hundirnos más en la amargura.
¿Cómo son las personas quejumbrosas?
1.-Negativizan
todo, incluso lo positivo
Las personas protestonas nunca están
contentas con nada. Desean algo, se quejan si no lo
tienen y cuando lo tienen se vuelven a quejar.
Aunque la
situación que viven sea positiva o hayan conseguido grandes logros personales o
profesionales, siempre tendrán en la boca la coletilla “Si, pero…”. Esta
actitud al final hace que nunca disfruten de nada y que se amarguen a sí mismos
y al resto de la humanidad con su toxicidad.
2.-No buscan
soluciones
Es mucho más fácil despotricar, criticar o
dilapidar lo
que no ha salido como me habría gustado, que buscar soluciones para
modificar lo que se pueda modificar. Buscar soluciones a los problemas
implica dejar de caer en el victimismo y empezar a luchar por aquello
que quieres, lo que conlleva un esfuerzo que mucha gente no está dispuesta a
hacer.
3.-Son chismosos
y criticones
Las personas quejumbrosas son, normalmente,
criticones con los demás y con las circunstancias de su vida y esto es producto de su propia infelicidad y
carencias. Recordemos que siempre criticamos de los demás, nuestros propios
defectos.
Seguramente, el
problema no esté ni en el criticado ni en el hecho que le está sucediendo, sino
en ellos mismos, que no saben apreciar ni valorar las cosas buenas de los demás
y de la vida en general. Su atención está plenamente enfocada en lo que
ellos consideran como negativo, sin ser capaces de ver el lado positivo que
todo tiene.
4.-No aceptan
que hay cosas que no se pueden cambiar
Para las personas criticonas, la aceptación
no existe en sus vidas. No pueden tolerar que las
cosas no salgan como ellos quieren y se dicen a sí mismos que ¡es insoportable,
intolerable o desastroso que el mundo funcione como funciona!
El resultado es
un empeoramiento de los problemas sin lograr hallar, evidentemente, ninguna
solución al respecto y provocándose una ansiedad y sufrimiento importantes. La
queja acabará cuando la persona se sienta cansada o aburrida de quejarse y vea
que, aparte de una gran irritación, no obtiene nada con ello.
¿Qué hacer para dejar de quejarse?
Para dejar de quejarse en primer lugar hay
que reconocer que lo hacemos. Y a continuación
puedes poner en marcha los siguientes consejos:
- Deja de juzgarlo todo: No eres juez de nada ni de nadie, por lo tanto, lo más inteligente y sensato es adaptarte a las circunstancias.
- Promueve la aceptación en tu vida: La aceptación es un bálsamo para conseguir la paz interior y la salud mental. Si nos damos cuenta de que hay diversas situaciones, personas o hechos sobre los que no tenemos ningún poder y control, aprenderemos a dejar de tener expectativas y a aceptarlo todo, tal y como viene.
- Alto a los pensamientos negativos: las palabras son el producto de nuestros pensamientos, de lo que nos decimos a nosotros mismos. Si sabemos combatir las ideas negativas e irracionales, será muy difícil caer en el victimismo, las críticas y la queja continua.
La clave está
en confrontar nuestras ideas con la realidad y darnos cuenta de que muchas
veces somos nosotros los que anticipamos, generalizamos y sobredimensionamos
las cosas.
- Enfócate en lo positivo: todo tiene su lado bueno, pero parece que eso lo damos ya por hecho y no somos capaces de fijar nuestra atención en todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor.
Si haces un esfuerzo consciente y empiezas a
enumerar todo lo positivo que hay en tu vida, te darás cuenta que hay más cosas
agradables y buenas de las que te habías percatado. Dale la vuelta
a eso que no te gusta y descubrirás que encierra algún valor.
Practica
diariamente estos consejos y verás como la vida te empieza a
cambiar. Recuerda que el
cambio siempre comienza en nosotros mismos, no en lo de fuera.
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