La importancia del aspecto emocional en la educación
Cuando un niño saca bajas calificaciones
en la escuela es frecuente que se acuda a maestros particulares o se pide ayuda
en el sector educativo. Es poco frecuente que en estos casos se considere
acudir con un psicólogo, sobre todo si no presenta problemas de conducta. Sin
embargo, es muy importante no descartar esta opción, pues muchas de las veces
un proceso emocional puede ser lo que se encuentre obstaculizando el proceso
educativo. En el presente artículo mencionaremos cómo influye el ámbito
psicológico sobre el pedagógico para que se puedan detectar los conflictos
emocionales en la educación.
Cuando un niño está atravesando por una
situación familiar compleja, es muy común que su desempeño escolar disminuya. La
explicación es muy simple, si el niño se encuentra concentrado y procesando
intelectualmente una problemática familiar, como un divorcio, por ejemplo, no
lo quedará ¨cabeza¨, para pensar en el 2+2 o en el abecedario. Algo similar nos
ocurre a todos nosotros cuando existe una dificultad en nuestras vidas. En un
intento de solución o de reflexión acerca del problema, puede ocupar todo
nuestro pensamiento y todo nuestro interés a tal grado que nos impide
concentrarnos en lo que tenemos que hacer al momento, e incluso impedir que
pongamos la atención necesaria a nuestro entorno y a los demás, haciéndonos más
susceptibles de descuidos y accidentes.
No olvidemos que la falta de
concentración y la falta de motivación pueden ser síntomas de depresión y de
angustia. Además, el insomnio y la falta de apetito pueden manifestarse también
como estresores emocionales y que pueden tener incidencia directa sobre el ámbito
educativo. Así que antes de etiquetar al niño como de lento aprendizaje o en
situación de rezago, es importante valorar si no existen estresores emocionales
en casa o en la escuela que le generen un conflicto muy intenso y estén
afectando la asimilación de los contenidos. Este paso es fundamental, pues se
puede gastar mucho esfuerzo y dinero en un trabajo educativo adicional que no
sea capaz de rendir frutos debido a que la raíz del problema es otra; es
emocional. En la mayoría de las escuelas hay un psicólogo que pueden valorar y
apoyar al niño, así como orientar a los padres sobre la mejor intervención y
manejo.
En el niño, esto puede manifestarse como una
falta de interés en la clase, pero en realidad, no necesariamente significa que
no le gusta o que la rechaza, sino que toda su atención puede estar concentrada
en lo que le genera malestar, por lo que una intervención emocional que
solucione su malestar le permitirá mejorar su rendimiento escolar. Por lo
mismo, te invitamos a acercarte a Maayán Hajaim, si detectas a algún niño con
una dificultad en el desempeño escolar, llámanos, para que alguno de nuestros
expertos te pueda orientar.
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