Mascotas y tercera edad

Un envejecimiento positivo, es aquel en el cual
la persona está en las mejores condiciones para enfrentar tanto el deterioro
físico como el emocional.
Dada la actual longenvidad, las investigaciones
buscan la mejor calidad de vida para esta última etapa de vida del ser
humano.
Muchas de las investigaciones apuntan hacia los
beneficios que una mascota trae para el adulto mayor por ejemplo: la
International Federation on Aging (IFA), publico hace unos meses un reporte de
su investigación: “Midiendo los beneficios de la compañía de animales y la
salud de los adultos mayores”, exploraciones que fundamentan el hecho que el adoptar y cuidar mascotas mejora un
aumento en su autoestima, mejora su satisfacción con la vida, logran estados de
ánimo positivos y lo más importante, su sensación de soledad disminuye.
Señala uno de los estudios:
“Flavia Montenegro, profesora de Medicina Veterinaria en la Universidad de Pacífico de Chile indica que las personas de la tercera edad usualmente no tienen un soporte emocional suficiente y muchas de ellas sufren porque se sienten solas, pero esta situación cambia cuando las personas deciden cuidar de una mascota, porque un can puede llegar a la vida de una persona “corriendo y moviendo sus colas con la lengua afuera, rápidamente se abalanzan a ponerle punto final a la soledad, el aburrimiento y la depresión”.
“Montenegro afirma que cuidar de una mascota les da a las personas mayores un motivo para continuar su vida “Preocuparse de las entretenidas actividades que harán juntos les genera un estado de felicidad permanente a las personas de edad avanzada y la tenencia de mascotas puede ser considerada como un real salvavidas emocional”.
El estar a cargo del cuidado de una mascota llena el vacío de “que voy a
hacer hoy”, la mascota le obliga al requerir de sus cuidados, le hace sentir
que su vida tiene un propósito y con ello evitar la sintomatología depresiva.
Independientemente
de vivir con una mascota es importante que el adulto mayor se reencuentre y
considere que la vida continúa hasta el último aliento, y tal vez si su salud
física se lo permite realizar esos sueños que trabajo crianza y otros se los
impidieron.
El sentirse
útil y con metas conlleva beneficios tanto para
la salud física como para la
emocional.
Fuente:
Revista de Gerontología Latinoamericana.
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