Ser o no ser un buen padre… | Parte 2
El pedagogo Vidal Shmill, continúa con lo que él considera “una
educación deficiente”, cuando el padre enfrenta sus temores y por ello se le
dificulta la educación y manejo de límites con sus hijos.
Los siguientes pensamientos, temores y ansiedades de los
padres y en especial de la madre, son
causales negativas para la educación y planteamiento de límites:
1.-Tiene malas calificaciones:
El plantea que en
encuestas realizadas por él en sus pláticas, el interés primordial de los
padres es el de tener que enfrentar “las malas calificaciones o el
aprovechamiento escolar bajo”. Narra que
en algunas escuelas de Bonn Alemania, encontró que lo que se privilegiaba era
más enseñarlos a socializar y a vivir en lugar de lo académico y termina
diciendo:
“Toma en cuenta que no necesariamente el que tuvo mejores
calificaciones es a quién mejor le fue cuando se convirtió en adulto”.
Sugiere que, si el niño presenta dificultades escolares, se
le debe de ayudar dándole el apoyo que requiere ya sea psicopedagógico u otro.
Concluye que, la ansiedad de los padres por pensar en el futuro del niño, sólo
empeora la situación y no la resuelve.
2.- No lee.
Para él, no importa tanto de que el niño “entienda” la
importancia de la lectura sino de que la “sienta” y experimente el placer de la
lectura. Sugiere que el leer, se asocie a situaciones agradables, siendo una de
ellas que los padres tengan ese gusto por la lectura e implementen situaciones
para este logro teniendo libros en casa con intereses llamativos para el niño dependiendo la edad
de cada quién. Comentar lo leído y hacerlo con ellos desde pequeños es promover
un espacio de intimidad agradable, que fomenta el deseo de la lectura.
3.-Su cuarto es un desorden y no recoge sus juguetes.
Esta es una conducta que genera ansiedad y pleitos en el
hogar. Para ello nos dice el
especialista que las reglas en casa deben de ser claras y las consecuencias por
no cumplirlas también. Sugiere que los padres o la madre no deben de convertir
esta problemática en una obsesión, puesto que ello crea mayores problemas y
desacuerdos.
4.-Se resiste a irse a dormir.
Esta conducta negativa puede llegar a generar verdaderas
“batalla campales” y propone que antes de que llegue la hora de dormir, es conveniente
bajar el nivel de actividades para desacelerar un poco al niño. Un buen baño, el pijama, la lectura de un
buen cuento, la luz tenue, son actos que ayudan a no introducir el conflicto y
la pelea, y con ello lograr una estructura una rutina. La ansiedad de la madre
o del padre sólo desarrolla conflictivas
mayores.
A su vez marca lo importante de diferenciar entre “la hora
de dormir” y “la hora de acostarse”; esta última es el horario establecido por
la familia, es el momento de terminar el día y la hora de dormir es cuando el
niño tiene sueño. Por ello aconseja: que
se le permita al niño, llevar a la cama
un juguete que o interfiera con el sueño de los demás o leer con una
lamparita que no deslumbre.
Es significativo señalar que lo que el especialista plantea,
es que el entrar en procesos de ansiedad y desesperación ante situaciones de
crianza sólo lleva a aumentar el caos y las batallas familiares situaciones que
llevan a desgastar a los padres y a lacerar la relación de pareja.
En Maayán Hajaim contamos
con psicólogos y psiquiatras, línea
telefónica de apoyo 5292-5131, área de acompañamiento emocional y
Rabinos. Para tu desarrollo personal, también contamos con cursos, talleres y
grupos de apoyo.
Comentarios
Publicar un comentario