10 síntomas comunes que presentan los adolescentes con depresión
¿Qué pasa por la cabeza de un joven que sufre depresión?
La etapa de la adolescencia
supone una infinidad de cambios, tanto a nivel físico como emocional, y también
en el aspecto de las relaciones interpersonales.
Es una etapa clave a la hora de configurar nuestra manera
de ser y enfocarnos hacia la adultez. Los cambios hormonales y algunas
situaciones sociales pueden provocar que el adolescente se muestre más
susceptible e irritable, y es una etapa en que los trastornos del estado del
ánimo pueden surgir y evidenciarse. Uno de cada cinco jóvenes padece en algún
momento de esta etapa algún cuadro depresivo. Los adolescentes con depresión puede aislarse y presentar
una sintomatología de continuo desánimo.
Si esta conducta se mantiene durante por lo menos seis
meses, podría ser señal de que el joven sufre algún tipo de depresión.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión entre jóvenes
adolescentes?
Varias instituciones de carácter internacional como la OMS
o la American Psychiatric Association han elaborado una serie de guías
que definen y describen los variados síntomas y señales que nos advierten de
que un adolescente podría estar sufriendo una depresión.
La depresión en esta etapa vital es la tercera causa de suicidio. Por tanto,
debemos estar concienciados ante esta realidad para poder así actuar para
minimizar este problema.
A continuación enumeramos los síntomas más habituales que
nos pueden indicar que un adolescente puede estar pasándolo mal:
1. Trastornos del sueño
Cuando el adolescente cambia severamente sus hábitos
asociados a las horas de sueño, algo puede estar ocurriendo. En algunos casos,
puede tratarse de una de las primeras señales físicas de depresión. Cuando el
joven duerme pocas o demasiadas horas, el trastorno base podría ser la
depresión. En cualquier caso, la existencia de un síntoma no significa que esa
persona padezca depresión, pero sí es una señal de alerta.
2. Abulia: pérdida de interés
Cuando un adolescente que antes se divertía y tenía
aficiones y actividades que le apasionaban pierde el interés en esas cosas,
deberíamos empezar a preocuparnos. Podemos observar como el joven se mostrará
esquivo y aburrido, y preferirá pasar mucho tiempo sin compañía de amigos o
familiares.
3. Cambios en la conducta
alimentaria
Se suele decir que los extremos nunca son buenos. Pues
bien, este caso es un claro ejemplo de ello. Cuando alguien pierde
completamente las ganas de comer, o por el contrario come en exceso, algo va
mal. Los trastornos alimenticios, tales como
la anorexia o la bulimia nerviosa, pueden venir estrechamente
vinculados a un cuadro de depresión.
4. Ira y sollozos sin motivo
aparente
Las muestras de ira y tristeza espontáneas son bastante
habituales entre los pacientes que padecen cuadros depresivos. Cuando hablamos
de los adolescentes, los ataques de ira o los lloros pueden aparecer sin una
causa o motivo observable. Si esta situación se torna frecuente, deberíamos
pensar en buscar ayuda.
5. Abandono progresivo de sus
amistades
Un aspecto notorio entre los adolescentes con depresión
es que se van alejando progresivamente de sus amigos, mostrando poco interés
por hacer vida social y prefiriendo aislarse del contacto con otras personas.
6. Poca capacidad para
concentrarse y bajada en el rendimiento académico
El joven que está pasando por una etapa de bajo estado de
ánimo suele presentar una baja capacidad para concentrarse, además de varios
problemas a la hora de memorizar cosas y tomar decisiones. Estos factores,
unidos a una menor motivación por los estudios, suelen redundar en unos peores
resultados escolares.
7. Baja autoestima y un auto
concepto negativo
La baja autoestima es un rasgo muy habitual
entre los jóvenes en general, pero cuando se convierte en algo persistente
puede acabar generando comentarios despectivos hacia sí mismo y puede ser una
señal de depresión. Un excesivo sentimiento de culpa, las críticas exageradas y
la dependencia emocional hacia otras personas deberían también hacernos notar
que algo está sucediendo.
8. Conductas agresivas y
coqueteo con sustancias ilegales
En caso de que el adolescente empiece a estar implicado
frecuentemente en peleas o reyertas, a hacer “bullying” a alguno de sus compañeros o a
frecuentar malas compañías, podría estar padeciendo algún problema grave de
fondo. Además, las conductas sexuales de riesgo o el coqueteo con el alcohol u
otras drogas serían factores a tener en cuenta.
9. Huidas y otras llamadas de
atención
Escaparse del hogar familiar es uno de las posibles
señales de depresión. En ocasiones, puede ser un mecanismo de defensa del
adolescente, que busca llamar la atención de los padres.
10. Pensamientos e ideaciones
suicidas
Esta es una señal inequívoca de que el adolescente está
sufriendo un grave problema de salud mental. Este tipo de pensamientos
recurrentes sobre la muerte tengan su verbalización con frases como “No
quiero seguir viviendo”. En casos más avanzados, el adolescente puede
autolesionarse o intentar suicidarse.
Cinco consejos para tratar la depresión
Ahora que ya conocemos las distintas señales que podemos
observar en un adolescente con este trastorno, vamos a explicar cómo debemos
actuar (como padres, amigos o familiares) en caso de que alguna persona joven
en nuestro entorno cercano pueda padecer depresión.
1. Conversar con él/ella
La primera medida que podemos tomar para saber por qué el
adolescente se está comportando de forma extraña es conversar con él para
intentar conocer las causas. De hecho, existen síntomas que pueden presentarse
pero que pueden no implicar un trastorno de fondo.
En cualquier caso, es importante hablar con el
adolescente para saber si es consciente de que su conducta ha cambiado y
tenderle la mano si nos pide ayuda. Si las ideaciones suicidas son evidentes,
es buena idea que no abordemos este tema como un tabú. La familia, en este tipo
de casos, puede jugar un papel esencial a la hora de unirse para ayudar al
adolescente a sentirse mejor.
2. Acudir al médico
No debemos tener miedo a acudir al médico de cabecera. Si
los síntomas que muestra el adolescente son cada vez más preocupantes y
complicados de gestionar, deberíamos acudir a un especialista en este tipo de
casos, por ejemplo a un psicoterapeuta. El profesional de la salud
mental podrá ofrecer un diagnóstico fiable sobre cada caso y desarrollar un
tratamiento si es necesario, además de orientar a los padres para gestionar la
situación.
3. Terapia psicológica mejor
que fármacos
Vivimos en una sociedad que tiende a curarlo todo con
fármacos. En ocasiones el tratamiento con medicamentos es necesario,
y en el caso de los trastornos depresivos existen fármacos antidepresivos que
pueden ser de gran ayuda.
De todos modos, lo ideal es que el joven aprenda a gestionar
sus emociones y a canalizar su motivación adecuadamente, y eso no lo puede
lograr una pastilla. En casos de depresiones leves (por ejemplo en cuadros
de distimia), el tratamiento farmacológico no
es necesario. Lo verdaderamente curativo es hallar una vía de expresión de los
sentimientos y emociones, y esto es más fácil lograrlo con el soporte
terapéutico de médicos y psicólogos.
Los psicólogos educativos también pueden ser
muy útiles a la hora de detectar y tratar este tipo de casos. Pueden ayudar
decisivamente a concienciar al adolescente de que su situación puede y debe
cambiar. Además, son profesionales con capacidad para adaptar en lo posible el
entorno lectivo a las necesidades de un estudiante con este trastorno.
4. Cambiar hábitos y rutinas
Los adolescentes que sufren depresión suelen tener unos
horarios de sueños muy alterados y se muestran apáticos ante las actividades
rutinarias. Por este motivo es aconsejable ayudarles a elaborar un horario bien
planificado, no muy estricto pero sí ambicioso, en el que por ejemplo
establezcamos una hora para irse a la cama y varias actividades que el joven se
sienta motivado a realizar a diario.
Poder compartir tiempo y espacio con personas que le
apoyan puede suponer una dosis de positividad.
5. Practicar deporte, la
terapia más antigua
Practicar ejercicio físico es muy positivo para cualquier
persona, pero especialmente para un joven con depresión. Buscar una actividad
que se adecue a las características y necesidades del joven puede ser una forma
fantástica de canalizar el estrés y la ansiedad, además de una fuente de buenas
sensaciones para minimizar sus emociones negativas.
Si esta actividad se realiza en grupo y al aire libre,
los efectos positivos pueden ser aún mejores.
En
Maayán Hajaim contamos con psicólogos y
psiquiatras, línea telefónica de apoyo 5292-5131, área de
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