Testimonio de Acompañamiento Emocional
Durante más de dos años hice labor social en Maayán Hajaim en el área de Acompañamiento Terapéutico. Mi paso por esta institución ha sido de grandes aprendizajes tanto a nivel personal como a nivel profesional.
Al principio cuando me incorpore a las primera supervisiones, al lado de mis demás compañeros surgió el temor y nerviosismo al escuchar sus reportes y valoraciones. La mente es única y la imaginación a veces nos juega rudo. Mi primer día fue una visita en donde acudimos dos acompañantes lo cual me hizo sentir más segura, pero pronto descubrí que mis miedos se disipaban ya que el encuentro con la paciente fue revelador: la mujer a la que visitábamos era de carne y hueso, como yo, era inteligente, tenía deseos, frustraciones, momentos de alegría y de tristeza. Le gustaba salir a tomar café y platicar como a mi, y quería tener su futuro económico resuelto, como yo… en fin teníamos muchas cosas en común. Nuestras diferencias eran quizá la forma en que aprendió a resolver y a medir sus preocupaciones, sus angustias, y como sus relaciones interpersonales habían impactado su valía negativamente.
Poco a poco a lo largo de esos dos años aprendí el arte del acompañamiento. En el diccionario la palabra acompañamiento es muy sencilla y clara: acción de acompañar. Así que reflexionando sobre lo que es acompañar a una persona suena algo subjetivo más podemos establecer que es servir como apoyo cuando lo necesiten, es escuchar cuando deseen hablar, llorar o quejarse, es conversar y reflexionar juntos, es aclarar una y otra vez alguna idea o duda y también es estar sentado en silencio al lado de alguien que lo único que requiere es la presencia. El acompañar a otra persona es ponernos al servicio o disposición de sus necesidades, a veces impulsar, también podemos decir que es fungir como soporte mientras la persona puede levantarse por sí misma. Es estar sin cuestionamientos propios o juicios. Es una aceptación y empatía hacia la otra persona que esta frente a nosotros.
En el día a día era realizar con los pacientes actividades sencillas, como caminar, jugar cartas, conversar. Pero esos momentos de acompañamiento abrían la posibilidad de, al menos por esas horas, ser valorado, apreciado y aceptado, cualidades que el ser humano necesita por que el hombre necesita sentir dignidad, valor y aprecio sin importar las circunstancias de su vida, hasta su muerte.
Las acompañamientos son con personas que suelen estar aisladas, con estigma social y atravesando por momentos de dificultad. Por lo mismo la familia sufre un desgaste emocional importante y suelen estar enfrascados en comportamientos no funcionales para ninguna de las partes. Los acompañantes suelen entrar a una familia a romper un circulo viciado de quejas, y cansancio. Así las acompañantes hacemos una labor de atención, contención y reaprendizaje en diferentes áreas para ambas partes.
La tarea no es fácil. Hubieron momentos donde tuve que hacer una pausa y reconocer que necesitaba recargar energía. Los acompañantes hacen una labor emocional importante así que pueden en algún momento presentar lo que se conoce como “burn out”, es el desgaste por la tensión y angustia del trabajo, generando desinterés por la labor e irratibilidad. En estos casos es importante saber donde cada acompañante esta parado, conocer detalles de los efectos individuales que cada visita nos provoca y las emociones que cada acompañamiento puede provocarnos. Hubieron momentos de encuentros y de despedidas. Conocí apersonas que llevo en el corazón y agradezco haber conocido.
Es importante volver a los valores universales, a los valores más básicos pero fundamentales dentro de una sociedad. La dignidad de cada ser humano es, sin excusas ni argumentos, una de las grandes verdades y reconocer a cada hombre sin importar su realidad es imprescindible. Hay que cuestionarnos como sociedad, cuáles son nuestros prejuicios? Son válidos y caducos? Cómo tratamos a quienes salen de las normas estandarizadas? Solo teniendo una reflexión profunda de nuestras metas en la sociedad, de nuestras prioridades en dichos valores, podemos atender con compasión, corazón y aceptación a los más necesitados. El acompañamiento es un aprendizaje de ida y vuelta, es un paréntesis dentro de la vida de cada involucrado para regresar a lo esencial y trascendental del ser humano.
En Maayán Hajaim contamos con psicólogos y psiquiatras, línea telefónica de apoyo 5292-5131, área de acompañamiento emocional y Rabinos. Para tu desarrollo personal, también contamos con cursos, talleres y grupos de apoyo.
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