Cómo enseñar a nuestros hijos para que sean autónomos


Mamá lo quiero hacer yo sólo

A todos los niños les gusta crecer, les gusta hacer las cosas que hacen los mayores y sobre todo les encanta hacerlas por ellos mismos. Pero los adultos, los padres no solemos dejarlos que lo hagan (muchas veces sin darnos cuenta), censurando así su impulso de crecer y de ser autónomos con buena autoestima.

Yo lo hago mamá

Tienes las llaves en la mano, te dispones a meterlas en la cerradura para abrir la puerta de casa y tu hijo de dos años te las intenta quitar mientras te dice “yo abro la puerta”.
Tú sabes que él no tiene aún la fuerza necesaria y puede que ni la altura necesaria para llevar a cabo la acción de forma correcta y acabar abriendo la puerta. Incluso puede que no tengas ganas de esperar los largos minutos que supondrá dejarlo probar.

Pero lo más importante para tu hijo y para ti, es que en esos momentos él pueda desarrollar su impulso y motivación por crecer y por hacer las cosas por él mismo. Es la semilla que hoy sembramos y que dentro de unos años brotará como autonomía.
Así que es mejor dejar que lo pruebe, que lo intente mientras nosotros simplemente observamos pacientemente sin decirle nada.

Observar sin desmotivar

Observa sin decirle nada. Evita el discurso del tipo: no vas a poder, no llegas, no lo sabes hacer, está muy fuerte, ves como no puedes…  Que puede que te salga de forma inconsciente. Pon tu atención en estar observando sin decirle nada.

Si él no puede ya se dará cuenta por él mismo (y es lo que ahora interesa). Simplemente dale un tiempecito para que experimente y luego le ofreces tu ayuda ¿te puedo ayudar? O ¿me dejas ahora que lo intente yo?

Habrá momentos en que tengas más paciencia y tiempo que otros. Aprovecha los que no tengas prisa para permitir que tu hijo experimente por él mismo lo que sí sabe hacer o quiere llegar a hacer.

Esta mañana le digo a mi hija de 4 años, vamos al lavabo que te voy a peinar, a lo que ella me ha contestado me peino yo sola. Vale, me parece estupendo, le he dicho mientras observaba como se pasaba el peine y se esforzaba en hacerlo lo mejor que ella sabía.

Satisfacción de poder hacerlo

La expresión de su cara que era de plena satisfacción. Pero por otro lado, veía que solo se estaba peinando por la parte de delante y que en ningún momento se pasaba el cepillo por detrás. Le he preguntado ¿te puedo ayudar a peinarte por detrás? Y ella de forma enérgica me ha contestado  No, te he dicho que lo hago yo solita.

Y por unos momentos me he preguntado ¿Qué hago… pues se va a ir al cole algo despeinada? Y he seguido reflexionado, ¿qué es lo más importante que se vaya al cole perfectamente peinada por su madre, o que empiece a aprender a hacer las cosas por ella misma con esta motivación y ganas que hoy está mostrando?  Si yo la peino por detrás ella lo sentirá como que lo ha hecho mal o no lo suficientemente bien. O tal vez sienta que lo más importante es estar bien peinada, cuando realmente lo más importante que ella sienta que puede hacerlo.

Así que he optado por sembrar esa semilla de autonomía y autoestima que seguramente veré brotar en ella en unos años. Pero esa siembra empieza hoy con estas pequeñas acciones, para que dentro de muchos meses no le tenga que decir “ven que te peino”, sino que ella sola lo hará por iniciativa y motivación propia.

He observado con cara de satisfacción como se peinaba y cuando ha acabado le he dicho Ya  veo que sabes peinarte tu sola, además te has dejado muy guapa. En otro momento le iré motivando para que también se vaya pasando el peine por detrás y vaya mejorando su peinado.

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