Inteligencia emocional
El coeficiente de inteligencia o CI, ha sido considerado como un predictor importante en relación al logro del éxito o no de una persona en relación a lo académico, profesional o laboral. Más, poco a poco, este concepto ha ido perdiendo validez ante el descubrimiento de otro tipo de capacidades que llevan a la persona a logro del éxito, las cuales no requieren de una valoración intelectual.
Muchos investigadores del campo, señalan la importancia que las emociones tienen en el día a día, en lo cotidiano. Emociones que en la mayoría de los casos tiñen nuestro mundo y dan color a las decisiones:” elijo este coche por ser económico con la gasolina o porque me gusta y lo puedo presumir”. En todas nuestras decisiones se integra la emoción y muchas veces controlan nuestra conducta, generando conflictos y malas decisiones.
Para Daniel Goleman, independientemente del coeficiente intelectual, existe otro el de la “Inteligencia emocional” o la capacidad para reconocer sentimientos en sí mismo y en otros, habilidad que facilita el poder trabajar con terceros.
Para el investigador la inteligencia emocional está integrada por:
- Autoconocimiento emocional (o conciencia de sí mismo): Se refiere a la capacidad de cada quién para identificar sus emociones y cómo éstas le pueden llegar a afectar. Es, poder darse cuenta de cómo el estado de ánimo influye en la conducta y lo subdivide en habilidades como:
- Conciencia emocional: identificar las propias emociones y los efectos que puedan tener.
- Correcta autovaloración: conocer las propias fortalezas y sus limitaciones.
- Autoconfianza: un fuerte sentido del propio valor y capacidad.
- Autocontrol emocional (o autorregulación): El autocontrol permite no dejarse llevar por los sentimientos del momento. Es, dice el Dr. Goleman reconocer lo que es pasajero de lo que perdura en una crisis y la integra con las siguientes competencias:
- Confiabilidad: mantener estándares adecuados de honestidad e integridad.
- Conciencia: asumir las responsabilidades del propio desempeño
- Adaptabilidad: flexibilidad en el manejo de las situaciones de cambio.
- Innovación: sentirse cómodo ante nuevas informaciones, ideas o situaciones.
- Automotivación: El saber dirigir las emociones hacia un objetivo permite mantener la motivación y enfocarse más en las metas que en los obstáculos. Para ello, se requiere desarrollar tanto la iniciativa como el optimismo de manera que se actúe de manera positiva ante los contratiempos.
- Reconocimiento de emociones ajenas (empatía): El poderse relacionar de manera empática dentro del ámbito social, es saber reconocer e interpretar las señales que los otros emiten de manera consciente e inconsciente y que con frecuencia son no verbales. Reconocer lo que los otros sienten a al través del lenguaje gestual, facilita el establecer lazos más reales y duraderos.
Para su logro el Dr. Goleman describe las habilidades necesarias que la integran:
- Comprensión de los otros: darse cuenta de los sentimientos y perspectivas
- Desarrollar a los otros: conocer sus necesidades de desarrollo y reforzar sus habilidades.
- El ampliar el conocimiento propio acerca de las propias emociones facilita la comunicación y por ende la relación con los demás.
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