Sobre el divorcio


La Dra Marian Alizade en su libro “La Pareja rota”, no dice: muchas constelaciones psíquicas rigen los procesos humanos de unión y separación…”

 El divorcio en su contexto histórico, ha sido vinculado con la tragedia y con  la estigmatización hacia los divorciados de mala conducta o de desobediencias al orden legal, religioso y familiar.  Más, desde los inicios del matrimonio bíblico, el Páter familia o “señor de la casa”, tanto en Oriente como en Occidente, tenía el derecho  natural de repudiar a la esposa. Situación que se fundamenta en los orígenes de la familia al ser constituida en un orden patriarcal en el cual el varón poseía amplios derechos sobre la mujer y los hijos, derechos que en ocasiones le permitía decidir sobre la vida y muerte de sus integrantes.  De esa manera se fundamenta en sus orígenes la familia, siendo el matrimonio un imperativo en sí y  el basamento original de nuestra sociedad. Redes familiares, árboles genealógicos imprimen identidad y pertenencia a la fecha.

Durante siglos, el matrimonio se realiza por conveniencia, y  por amor aparece en el siglo XII, con el “amor cortés”, en el cual se describía a un caballero que amaba a distancia a una dama prohibida, a quien sólo aspiraba a ensalzar como a un tierno e imposible ideal.

El divorcio en el antiguo Régimen francés no se daba sino la anulación del matrimonio. Otro ejemplo el del Rey de Inglaterra Enrique VIII quién destituía a sus esposas si no le daban un hijo varón, acusándolas de infidelidad para decapitarlas. Durante el siglo XVIII-XIX en Francia, aparecen actitudes a favor y en contra del divorcio, más  en septiembre de 1792, se legaliza el divorcio por consentimiento mutuo o por incompatibilidad de caracteres, situación que es prohibida por el Código Civil  en mayo de 1816.  En 1884, la ley francesa dictamina que sólo habrá divorcio por razones graves tales como: alcoholismo del marido, violencia contra la mujer e incapacidad para proveer a la subsistencia de la familia.

Casarse implicaba a principios del siglo XX, y a la fecha continúa, fundar un hogar respetable, con valores firmes siendo el divorcio una idea remota. Más la evolución de creencias, conductas y valores permite que las parejas jóvenes vivan y compartan la vida privilegiando la libertad y el libre albedrío de la pareja recién formada.  Es interesante señalar que es hasta 1975 cuando se introduce la figura legal del divorcio por mutuo consentimiento y se instituye un juez para asuntos matrimoniales exclusivamente que en nuestro medio se le conoce como Juez de lo Familiar.

Hoy, el matrimonio es considerado como un acto íntimo, un hecho psíquico de compromiso, independientemente de las consideraciones legales.

A pesar de las diversidades maneras de convivencia en este mundo postmoderno, la familia no pierde vigencia dado que se requiere de árboles genealógicos  que proporcionen identidad, cultura y continuidad.

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