Ideación Planeación o Proceso Suicida


La palabra suicidio deriva del latín Sui, de uno mismo,  y cidio o cidium matar o muerte. Es un acto de uno para sí mismo, puede ser pasivo o indirecto.

La ideación suicida se define como una preocupación con pensamientos acerca de la finalización de la propia vida que se introducen sin razón y puede ser conceptuada como la primera fase de una conducta que termina con la vida, aunque se reconoce que el paso por una etapa no requiere haber pasado por las anteriores (Bonner y Rich, 1987). La ideación puede ser un antecedente del intento suicida, el cual, a su vez, es el principal predictor de futuros intentos, e incluso del suicidio consumado (De Wilde, 2000; Wild, Flisher y Lombard, 2004).

El suicidio puede ser el resultado de una serie de factores que incluyen por ejemplo, un trastorno psiquiátrico, eventos de vida negativos, enfermedad física, exposición visual al suicidio de otra persona, intentos previos de suicidio e historia en métodos de auto-lesión. En cada caso, hay múltiples factores que se suman.

Los especialistas en el estudio del suicidio han encontrado que éste acto no se presenta de manera sorpresiva, hay niveles o un continuo que antecede al acto suicida. A los factores de riesgo ya mencionados  se suman en primera instancia una ideación, la persona comienza por tener pensamientos relacionados a su propia muerte. Estos pensamientos suelen ir en escalada tanto en el contenido del pensamiento como en la cantidad de ocasiones que lo piensa.

El continuo del suicidio se explica así:
Ideación suicida
Ideación suicida crónica
Acción o gestión parasuicida
Estilo de vida riesgoso
Plan suicida, vago no letal
Plan suicida específico, letal
Intento de baja letalidad o no serio
Intento de alta letalidad, serio
Acto suicida consumado

En la mayoría de los actos suicidas, las personas viven una larga carrera o historial de vida que los hace vulnerables a dichas crisis.
Los especialistas reconocen y explican ciertos factores protectores como:

  • El apoyo social que circunda al individuo
  • Creencias religiosas fundamentadas y estables
  • Ser responsable o cuidador de niños
  • El fomento de las relaciones sociales, entre otros.

Ante indicios de acto suicida es conveniente tratar de averiguar si existe un riesgo inmediato de suicidio, preguntando a la persona si tiene intención de hacerlo o sólo lo ha pensado, si tiene un plan y cuándo lo llevaría a cabo. La mayoría de las veces no hay un riesgo inminente de suicidio, pero si es así, no hay que dudar en llamar a algún especialista y pedir ayuda. En esta situación es conveniente (Ancinas y Ancinas y Muñoz Prieto, 2008):

  • No hay que dejar sola a la persona ni siquiera si ya se ha hecho contacto telefónico con un profesional apropiado. 
  • Es necesario que se sientan acompañados.
  • No hacerle sentir culpable.
  • No desestimar sus sentimientos, señalándole que los pensamientos y deseos de suicidio siempre son temporales.
  • Expresarle apoyo y comprensión y permitirle la expresión de sentimientos.
  • Evitar el acceso a instrumentos que puedan servir para realizar el acto suicida.
  • Apoyarle para que sea atendido un profesional de la salud mental o en una institución.

No existe un abordaje terapéutico único del acto suicida, pero se han confirmado los efectos beneficiosos de la terapia farmacológica y de la terapia cognitivo-conductual o la combinación de las dos.
La terapia cognitivo-conductual está destinada a modificar los  comportamientos y pensamientos y se vale de técnicas como la asertividad, la relajación, la reestructuración cognitiva, la enseñanza en solución de problemas, entrenamiento en habilidades sociales y el manejo de contingencias, que pueden reducir la depresión, la ansiedad, y la falta de habilidad social.

La realización de un plan de actividades puede incluir:
Actividades físicas (equilibrio, flexibilidad, destreza).
Actividades cognitivas (grupos de palabras, talleres de memoria).
Actividades de expresión y comunicación (juegos teatrales, juegos de sociedad).
Actividades socioculturales (exposiciones, paseos, descubrimientos).
Actividades de artes plásticas (dibujos, modelado).
Actividades domésticas (jardinería, cocina terapéutica).

Si sospechas que alguien cercano a tí o que tu presentas los síntomas antes mencionados acércate a un profesional de tu confianza o llama a nuestra línea de atención psicológica las 24 horas, los 365 días del año para escucharte y guiarte.
En Maayán Hajaim contamos con psicólogos y  psiquiatras, línea telefónica de apoyo 5292-5131, área de acompañamiento emocional y Rabinos. Para tu desarrollo personal, también contamos con cursos, talleres y grupos de apoyo.

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