La infidelidad
La mayoría de las parejas suelen pasar por momentos de crisis en su relación que, en muchos casos, si no se superan corren el riesgo de caer en la infidelidad.
La infidelidad ocurre en parejas de diferentes culturas, clases sociales y no hay un problema específico que conduzca a la pareja a darle entrada.
Algunas veces es provocada por desacuerdos familiares con personas allegadas al hombre o a la mujer tales como problemas con los suegros, hijastros.
También se puede dar por otros motivos tales como problemas financieros y presiones sociales.
La pasión que en ocasiones desaparece o cambia y el amor que se desvanece cuando la rutina y la monotonía van llenando a la pareja de obligaciones, decepciones, mala comunicación, mala economía, etc.
La infidelidad es un desahogo emocional, una válvula de escape a la acumulación de estrés y ansiedad propios de la rutina del matrimonio.
A sí mismo, es una de las principales causas de divorcio y suele tener consecuencias devastadoras. Aun así no todas las parejas que atraviesan una infidelidad llegan a separarse, algunas se reconcilian y continúan su relación superando el problema. El proceso de reconciliación no es sencillo, requiere de mucho esfuerzo de ambas partes, y pueden llegar a necesitar la intervención terapéutica de un profesional.
Otro de los objetivos básicos y más difíciles de alcanzar es la recuperación de la confianza, pues el traicionado siente que sus relaciones en el mundo ya no son seguras y que cualquier persona puede hacerle daño, puesto que se lo ha hecho la persona que más quería y en quien más confiaba.
La infidelidad puede afectar las distintas áreas que componen al ser humano. Algunos de los efectos son los siguientes:
- Cognitivos: la persona engañada suele tener pensamientos recurrentes sobre lo sucedido al punto de afectar su concentración y rendimiento diario. Otra de las respuestas frente a la infidelidad es un cambio en la forma de ver al infiel y a la relación de pareja, ya que se pierde la confianza en esa persona e incluso en posibles futuras parejas, llegando a no sentirse seguro en una relación. Se crea una huella de desconfianza difícil, aunque no imposible, de sanar.
- Conductuales: pueden darse reacciones de agresividad por parte del traicionado. Puede aparecer la hipervigilancia, buscando con esto comprobar que la relación de su pareja con ese tercero se ha terminado. También las constantes preguntas indagando sobre lo que ha pasado y una comunicación bastante agresiva.
- Emocionales: el sufrimiento emocional es muy grande. Aparecen sentimientos de rabia, de ser víctima de ridículo, depresión, ansiedad. Estos sentimientos pueden variar en cuestión de horas, por lo que se padece de constantes y repentinos cambios de humor.
- Fisiológicos: alteraciones en el sueño, en el apetito, y pérdida de energía. También se suele dar una fuerte reacción fisiológica a los estímulos que le recuerdan la traición, por ejemplo, películas, comentarios, lugares, etc.
En Maayán Hajaim te escuchamos. Contamos con una línea de ayuda y apoyo emocional telefónico. La atención es profesional, totalmente anónima y confidencial. Tel. 52 92 51 31
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