La muerte de un ser querido


La pérdida de un ser querido es uno de los acontecimientos más estresantes de la vida y puede producir una crisis emocional importante. Tras la muerte de un ser cercano, se experimenta una etapa de dolor que recibe el nombre de duelo. Se puede sentir una amplia gama de emociones, incluso cuando la muerte se esperaba.

Así mismo, la muerte de un ser querido es uno de los hechos más importantes a los que toda persona se  enfrenta tarde o temprano. Cuanto más unidos estamos a ese ser que nos deja, más profunda es la herida que se abre en el fondo de nuestro ser y más largo es el proceso de duelo que comienza en esos instantes. Afrontar  el hecho de que una persona a  la que se amaba no está más a nuestro lado es uno de los retos más difíciles ante los cuales nos pone la vida.

Su muerte representa la muerte propia, ya que por un lado nos recuerda que nosotros también moriremos algún día y porque además con ese ser muere también algo de nosotros mismos. Todo nuestro mundo interior sufre un proceso de transformación, surgen emociones fuertes que es preciso liberar para que no queden reprimidas y provoquen en nosotros una situación de bloqueo que nos paralice y no nos permita avanzar, ni vivir con intensidad. 

El duelo es un proceso necesario y natural para sanar nuestra mente y se utiliza siempre que perdemos algo o alguien querido. Es necesario que comprendamos y aceptemos nuestros sentimientos con respecto a la muerte, que incorporemos la creencia de que es un proceso natural en la vida y que su significado tiene que ver más con renovación e inicio que con final o castigo. Es un proceso natural que nos conduce a un nuevo despertar.

Algunas emociones que una persona puede sentir son las siguientes: negación, incredulidad, confusión, shock, tristeza, añoranza, rabia, humillación, desesperación y/o culpa. Estas emociones son normales y comunes ante la pérdida.

Algunas personas expresan sus emociones y otras no, algunos enfrentan este momento con fortaleza y otros con mayor sensibilidad, algunos se adaptan rápidamente y otros con mas dificultad, pero lo importante es comprender que cada quien vive un proceso marcado por su historia y dependerá de su actitud frente a los cambios la forma como se viva este proceso. La forma de enfrentar la situación de perdida de un ser querido esta marcada por un aprendizaje cultural.

No es fácil seguir adelante tras la muerte de una persona amada. El duelo es el proceso natural que se atraviesa hasta aceptar una pérdida importante. Puede incluir las tradiciones religiosas que honran a los muertos o reuniones con los amigos y la familia para compartir la pérdida. El duelo es algo personal y puede durar meses o años.

Es muy importante permitirse la expresión de estas emociones. A menudo, la muerte es un tema que se evita, se ignora o se niega su existencia. Al principio puede parecer útil distanciarse del dolor, pero no puedes evitar sentir el dolor durante mucho tiempo. Algún día esas emociones necesitarán ser resueltas o, de lo contrario, pueden llegar a causar una enfermedad física o emocional.



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