Vacio Existencial, un mal muy actual
La realidad actual es difícil de ignorar: violencia delictiva, crisis económicas, aumento en divorcios y otros, ingredientes ascendentes que crean con más frecuencia estados depresivos.
Ciudades que se vuelven cada vez más asfixiantes y peligrosas generando sentimientos de desesperanza, vacío, futilidad. y depresión.
Ya Martín Heidegger (1889-1976), filósofo alemán, señaló este sentimiento como “anonadamiento”, que describe a aquella persona que “siente la nada, y vive percibiendo la inhospitabilidad del mundo.
Vacio existencial, relacionado con crisis emocionales dadas por frustraciones continuas, incapacidad para concretar logros individuales o estar inmersos en actividades rutinarias que dejan poco espacio para la creatividad o compartir afectos y relaciones sociales que enriquecen.
Quien, vive el vacío existencial experimenta estados de angustia caracterizados por momentos de alteración, de ansiedad, todo le preocupa, carece de motivación e interés, y en muchos casos, suponer que el vivir no es lo mejor. Sentimientos que con mayor frecuencia se desarrollan en personas de edad. Más a la fecha se vive a cualquier edad y en especial en los adolescentes quiénes se cuestionan con mucha asiduidad cual es el sentido de su existencia.
Algunos investigadores del campo de la salud comentan que " en fechas recientes se ha elevado la sensación de agobio en personas con 25 años o menos y que las tasas de problemas psicológicos se ha incrementando en todos los países, a diferencia de sus similares de los años 1950 a 1970, emocionalmente más fuertes, con la creencia de que podían cambiar al mundo, los jóvenes de 1980 a la fecha dan la impresión de experimentar sensaciones de depresión generalizada y de impotencia puesto que la sociedad actual despersonaliza a pesar de que se está en grupos o en muchedumbres, identidad y pertenencia se diluyen, se vive rodeado de gente màs solitario en lo emocional.
En la familia, el abandono afectivo y falta de comunicación, acompañan el día a día, se privilegia lo económico y obliga a padres y tutores a estar fuera de casa mucho tiempo y centrarse más en solventarlo, mientras que los hijos, en especial los adolescentes viven otra realidad. Distancias, trabajo, y otros favorecen el distanciamiento en las relaciones afectivas y facilitan la aparición de sentimientos de abandono, de desconfianza y como resultado la aparición de sentimientos de vacío.
Quién experimenta vacío existencial puede recurrir a la psicoterapia para comprender el origen de su angustia, expresar sus problemas emocionales y aprender nuevas estrategias para relacionarse satisfactoriamente con sus seres cercanos, de modo que logre cambiar la percepción que tiene de sí mismo y de los demás, comprendiendo que no todo es color negro y que siempre hay gente honesta, leal y con buenas intenciones. A su vez se sugiere para combatir dichas sensaciones sugerimos:
- Conocer y expresar lo que agrada de uno mismo y de otros.
- Compartir momentos con familia y personas cercanas fiestas, cine, etc.
- Vivir experiencias agradables: regalos, poner atención a los detalles, buen humor, cultivar amistades, deportes, entre tantas otras actividades.
- Mejora laboral adecuando tiempos para lo personal-afectivo.
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