Los cuidadores de enfermos cuidan ¿y a ellos, quienes?



La convivencia con una persona enferma ya sea esquizofrénica, bipolar o adicta al alcohol o alzheimer, diabetes, etc.,  deja huella. A veces en forma de ansiedad o depresión, en otras sintiendo ira, tristeza, culpa o vergüenza.

Dentro de las personas que llaman a la Línea, nos hemos encontrado con personas que llaman pidiendo ayuda para su familiar pero que en el fondo se encontraban “mal”, angustiadas, confundidas, desgastadas, alteradas, etc.

Los enfermos cuentan con médicos tratantes y una red de apoyo a su servicio pero los cuidadores son los grandes olvidados porque para el enfermo hay dispositivos, asociaciones, tratamientos... Una persona alcohólica, esquizofrénica, bipolar, o cualquier enfermedad terminal, tiene una red de apoyo, pero, ¿qué pasa con la persona que sin ser enferma vive en esa situación de angustia continua, con ese sufrimiento, impotencia y en ocasiones con esa vergüenza por no saber qué hacer?
Las personas encargadas de cuidar enfermos, ya sea familiares o no, se enfrentan a situaciones muy desgastantes no solo por las exigencias propias del enfermo sino por la exigencia de la familia y además de la auto-exigencia.

Muchas veces es evidente la afectación pero muchas otras no, incluso se perciben cambios de humor o hábitos y no se piensa que el origen está en este desgaste.
Es importante que quien se encargue de cuidar a un enfermo este consciente de atenderse para estar en óptimas condiciones para el enfermo y para sí mismo. Tener a la mano los mayores elementos posibles para comprender mejor el problema del familiar y aprendan a manejar la ansiedad o emociones como la ira, la tristeza, la culpa o la vergüenza, entre otras.

Una enfermedad afecta a todo el ámbito familiar, puede tomarse como un evento de aprendizaje, crecimiento y fortalecimiento individual y familiar más que como una crisis que se prolongue y se convierta en foco de dificultades y desgaste para todas las partes.

Los cuidadores externos deben tomar todo esto en cuenta, pues cuidar un enfermo incluye la convivencia de todos los elementos alrededor de él y por supuesto afectan.
Cuidar es una tarea valiosísima pero deja de serlo si no es congruente al cuidado propio.



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