El enojo, ¿lo conocemos?


El enojo es una de más emociones más frecuentes en nuestra vida, a la vez que, una de las más desgastantes y  causal de una gran parte de los problemas relacionales. Es una emoción que desgasta a quiénes la viven: físicamente se altera el funcionamiento corporal,  influye en la toma de pésimas decisiones, las que con frecuencia pueden llegar a afectar a familia, pareja, amigos, y otros.
Enojarse, en si no es algo inadecuado, puesto que es una respuesta instintiva del organismo, que proporciona la energía necesaria para defenderse cuando  se percibe la posibilidad de ser atacado en lo físico, emocional o social.  Es un medio que  se requiere para reconocer que existe” algo” que molesta y en consecuencia se actúa.

Cuando estas emociones son momentáneas o encausadas, se manejan y controlan no surge ningún problema, más si persiste por horas, días, meses y aún años o la respuesta de enojo es desproporcionada y fuera de lugar,  se afronta una problemática conductual/emocional que debe de ser resuelta con ayuda profesional.

Los enojos pueden derivarse tanto de lo psíquico (recuerdos, eventos, etc) o externos relacionados con conductas, actitudes, creencias,  que suceden en la realidad cercana: familia, pareja, amistades, educación, política y otros. Otro factor desencadenante es  el temor o  sensación de estar amenazado, ya sea real o simbólicamente, amenaza que que puede ser en lo físico, emocional o social. En  otros, aparece ante la frustración de no obtener lo que se desea o de que las cosas y las personas sean diferentes delo que se quiere que sean.  Cuando se percibe  oposición en la gente cercana, el coraje o enojo,  puede crecer de manera desproporcionado, situación que se asocia con frecuencia a la falta de control de impulsos, lo cual con frecuencia se justifica con el “lo que es justo”. 

El manejo del enojo puede ser inadecuado cuando:
  1. Se explota sin medir consecuencias y se lastima emocional o físicamente a otra persona.
  2. Cuando se utiliza como control de los demás.
  3. Cuando se le reprime por considerarle como algo negativo por lo que se niega el estar enojados hasta llegar a una posición tal  de no percibirlo del todo.
  4. El enojo es una manifestación de:
  • Poca tolerancia a la frustración.
  • Impaciencia.
  • Alta susceptibilidad,
  • Miedos no resueltos.
  • Malos hábitos.
  • Debilidad por no poder controlar emociones y pensamientos (pobre control de impulsos)
Un manejo adecuado es cuando, a pesar de las diferencias de cada ser humano, se  reconoce, acepta y expresa, comunicación asertiva que facilita  encontrar y resolver la causa que lo gestó. Por ejemplo es frecuente encontrar persona que descargan su enojo físicamente: al correr, aislarse en otra habitación, golpear un cojín u otros y una vez descargado se sugiere:

  1. Hablar y aclarar las situaciones de conflicto de manera asertiva, sin enojo y en primera persona: -no me parece-,-no estoy de acuerdo-, considero que yo lo haría de esta manera… etc.
  2. No gritar, no insultar.
  3. Respetar acuerdos.
  4. Reflexionar y entender el porqué nos enoja los pensamientos conductas y actitudes del otro, que nos pasa con las diferencias del otro o de los otros.
En Maayán Hajaim te escuchamos. Contamos con una línea de ayuda y apoyo emocional telefónico. La atención es profesional, totalmente anónima y confidencial. Tel. 52 92 51 31 Déjanos tus dudas, preguntas o comentarios y con gusto las responderemos.

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